A raiz de la
elaboración de la Memoria de Abelardo Cortés Guáqueta, que he estado
escribiendo para celebrar el Centenario de su Natalicio el próximo 14 de
febrero, vino a mi mente la idea de crear un Museo de la Minería del
Carbón en Suesca, utilizando minas existentes pero cerradas, como un atractivo
turístico para el municipio que lo vió nacer. Sería a la vez un medio para honrar su
memoria, dándole trascendencia a los esfuerzos y valores que él representó, y generar empleo y beneficios derivados
del turismo para la comunidad suescana.
Esta idea se
nutrió de una experiencia personal
cuando viajé a Gran Bretaña en 1985, a adelantar una maestría en Administración
de Negocios Internacionales, y tuve oportunidad de visitar “Big Pit”, una mina
histórica del país de Gales, la cual hoy en día se ha convirtido en museo.
El caso que voy
a narrar a continuación se desenvuelve en un país desarrollado, como es el país
de Gales, y obviamente el proyecto para Suesca sería de otras dimensiones. Por
lo tanto, el caso de la Gran Mina (“Big Pit”)
que
aquí se presenta sirve tan solo como
referencia, ya que habrá que adaptarlo a las condiciones
locales y a los recursos de nuestro país.
El museo nacional del
carbón de la Gran Mina (“Big Pit”) es un museo industrial del patrimonio del
País de Gales, Reino Unido. Este museo fue una mina de carbón real que operó
durante 100 años, de 1880 a 1980. El Museo fue abierto al público en 1983 bajo
los auspicios del Museo Nacional del País de Gales. El sitio está dedicado a la
preservación operativa del patrimonio galés de la minería del carbón, que tuvo
lugar durante la revolución industrial. Big Pit es parte del paisaje industrial
de Blaenavon, Patrimonio de la Humanidad, y un punto de anclaje de la ruta
europea del patrimonio industrial.
Historia de la mina
Big Pit fue
originalmente una mina de hierro, en la ladera de la montaña no muy lejos de la
superficie debido a los depósitos de mineral de hierro poco profundos que había
allí. Los trabajos de exploración y explotación del hierro se iniciaron
alrededor de 1810 en forma manual, ya que la dinamita se inventó cinco décadas
después.
Posteriormente se
estableció la Gran Mina (“Big Pit”) que hizo parte de una red de minas de
carbón, establecida en Blaenavon en la primera mitad del siglo XIX, por la compañía
“Blanaevon Iron and Coal”, como parte del desarrollo de la industria del hierro.
Esta mina fue la más importante de todas las minas de carbón ubicadas en
Blaenavon.
En 1878, el túnel
principal fue profundizado hasta llegar
a la veta más antigua, a 90 metros de la superficie. Hacia 1908, la Gran Mina
proporcionó empleo a 1.122 personas, y en 1923 alcanzó el máximo, con 1.399 hombres
empleados, y un total de 250.000 toneladas de carbón producidas ese año.
Durante el auge de la
producción, el carbón de la Gran Mina se exportó a Suramérica, y también a
otros países del mundo. Hasta 1908, cuando se instaló un transportador mecánico
como parte del equipo de la mina, todo el trabajo era hecho por la energía del
hombre, incluyendo la picada del carbón. Esta mina fue una de las primeras en
instalar electricidad, y ya en 1910 todos los ventiladores, los sistemas de
acarreo y las bombas fueron alimentados por energía eléctrica.
En 1939, se instalaron
baños modernos en la mina, lo cual significaba que los mineros ya no
necesitaban caminar a casa sucios y mojados, arriesgándose a la enfermedad. Los
baños también eran utilizados por las familias de los mineros; así, las mujeres
ya no necesitaban transportar jarras de agua caliente para llenar tinas de
estaño, y los niños ya no eran escaldados accidentalmente durante este proceso.
Durante la Segunda
Guerra Mundial, comenzó la extracción superficial de carbón en Blaenavon, en
noviembre de 1941 utilizando equipo y hombres calificados del ejército
canadiense. Luego, con base en un proceso de nacionalización que se realizó en
1947, la Junta Nacional del Carbón tomó posesión de la mina de Blaenavon Co.
Ltd, la cual empleaba a 789 hombres en ese entonces.
En 1970 la fuerza
laboral sólo contaba 494 hombres, ya que las operaciones se habían centrado
únicamente en las vetas de Garw, con un espesor máximo de sólo 70 centímetros. La Gran Mina se cerró definitivamente el 2 de
febrero de 1980, con una pérdida de más de 250 empleos,
Estación de
ferrocarril para uso del museo
La estación de tren
anexa al museo de la Gran Mina, hace parte de la línea de ferrocarril entre
Pontypool y Blaenavon, la cual abrió oficialmente el 6 de abril de 2012, pero
la línea a “Big Pit” se abrió el viernes 16 de septiembre de 2011. La línea y
la estación se abrieron específicamente para atender a los turistas que visitan
el museo.
El Museo Nacional del
Carbón
Durante algunos años
antes del cierre, la mina había sido identificada como una posible atracción
patrimonial y se creó un grupo de trabajo formado por la Junta Nacional del
Carbón, el gobierno local, el Museo Nacional, la Agencia de Desarrollo de Gales
y la Oficina Galesa. Poco después del cierre de la mina, Torfaen Borough
Council compró el sitio y fue entregado a un fideicomiso caritativo llamado “Big
Pit (Blaenavon) Trust” para gestionar la conversión a un museo de patrimonio
histórico. El desarrollo inicial costó 1 millón y medio de libras esterlinas
con fondos de la Junta de Turismo de Gales, el Fondo Europeo de Desarrollo
Regional, el Consejo de la ciudad y el Consejo del Condado de Gwent. La mina
volvió a abrirse para los visitantes en 1983 y creó 71 empleos.
Varias edificaciones
fueron reconstruídas en el sitio original: el cuarto de la pólvora; la oficina
de la empresa; el taller de electricidad; la puerta de entrada al túnel; la
tornamesa y el cargadero; el cablestante; el cuarto de almacenamiento del
combustible; el cable para jalar el carro o las canecas; las duchas de los mineros;
el cuarto de la pólvora donde se almacenaban los explosivos necesarios para el
trabajo minero; la herrería; el aserradero de postes y cabeceras; y los demás
implementos que se usaban durante el tiempo en que la Gran Mina estaba en
producción.
La Gran Mina como
atracción turística
Inicialmente, el número
de visitantes fue inferior al esperado, lo que amenazó la viabilidad a largo
plazo del museo. En 1983 menos de 100.000 visitantes vinieron al sitio y los
números alcanzaron un pico de 120.000 en 1992. Posteriormente, el número de
visitantes disminuyó significativamente a menos de 90.000 en 1998. El plan del
proyecto sugirió que se necesitarían 100.000 visitantes por año en los primeros
5 años.
Como esta cifra de
visitantes no se estaba logrando, y la tarifa de entrada para adultos de £ 5,75
no cubría los costos. en enero de 2000 se consiguió una importante donación del
Fondo de la Lotería del Patrimonio, por más de 5 millones de libras esterlinas,
que permitió adelantar una mejora significativa en las instalaciones para
visitantes. El 1 de febrero de 2001 la Gran Mina se incorporó al Museo Nacional
de Gales, y se hizo de entrada gratuita.
En el año 2000, la zona
industrial de Blaenavon, incluído el Museo Nacional del Carbón de la Gran Mina,
fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El museo cuenta con una
gama de atracciones sobre la superficie, incluyendo una casa sinuosa, un aserradero,
la subida a la torre de la vertical principal, y servicio de baños. Los
visitantes también son llevados por debajo de la tierra hasta el fondo del
túnel, donde se les explica el funcionamiento de la mina.
Seguridad
La mina está cubierta
por las regulaciones de seguridad industrial de la Superintendencia de Minas,
porque todavía se clasifica como una mina en funcionamiento. Los visitantes deben
llevar un casco de plástico duro, una lámpara de seguridad, y una batería en un
cinturón que pesa 5 kilogramos. Pues deben llevar en su cinturón un aparato de
respiración para casos de emergencia, el cual filtra el aire en caso de
presentarse contaminación de gas, el cual puede operar durante una hora aproximadamente,
dando tiempo para sobrevivir y escapar de la mina.
Los peligros de la mina
son reales; hay carteles de prevención acerca de la intoxicación por monóxido
de carbono, que sirven como como recordatorio de los peligros reales por debajo
del suelo. Hay sistemas automáticos de detección de gas, colocados
discretamente en los túneles, al igual
que sistemas telefónicos de emergencia.
Como
se puede ver, hay grandes diferencias especialmente en la envergadura y alcance
del proyecto, pero también hay muchas similitudes, como es el contar con minas
que estuvieron mucho tiempo en operación, creando empleo y desarrollo en el
municipio y en la región, y que se encuentran hoy cerradas, pero que se pueden
recuperar, al menos parcialmente, para fines didácticos y turísticos.
Invito pues
a su lectura, análisis y discusión, a fin de darle forma a la idea, y con su
activa participación probablemente podamos convertirlo en un proyecto viable a
nivel municipal y regional.
Cualquier
observación, sugerencia, u ofrecimiento de colaboración voluntaria son
bienvenidos, y pueden enviarlos a mi correo electronico: rafaelpalacioscortes@gmail.com