NOTA DEL AUTOR
Dedico este trabajo a los mineros del carbón en Suesca,
quienes con fé y con tesón abrieron caminos en el subsuelo,
para el progreso de sus familias, de su pueblo, y de la nación.
A pesar de haber transcurrido más de 45 años desde su fallecimiento, son muchos los recuerdos que los miembros de la familia Cortés-Guáqueta, amigos y relacionados aún conservamos de don Abelardo Cortés Guáqueta. Esos recuerdos son los que nos han permitido colectivamente construir esta memoria, en la cual las fotos son testigos fieles que nos permiten ilustrar situaciones, para quienes no lo conocieron, así como recordarlas para quienes tuvimos la oportunidad de compartir con él.
Mi propósito como autor de esta memoria ha sido
rescatar los principales sucesos en la vida de este personaje, a manera de reconocimiento
a sus esfuerzos, méritos y realizaciones, y presentarlo como un testimonio de
gratitud que sirva a la vez como referente a las nuevas generaciones de la
familia Cortés-Guáqueta y del Municipio de Suesca. Cabe dejar en claro que hago
esta presentación bajo mi óptica y perspectiva, y por lo tanto la narración
sigue un tono personal y se hace en primera persona.
Para seguir un orden más o menos cronológico, la Memoria
se ha subdividido en ocho partes, las cuales se superponen en el tiempo como se
muestra abajo. Comenzaré por
narrar los orígenes de la familia Cortés-Guáqueta, sintetizando su
desenvolvimiento en un lapso de aproximadamente cuatro décadas, en un poblado
de desarrollo incipiente (Parte I: 1900-1940). Continuaré luego con el período
en que él se convierte en la cabeza del hogar materno, y mediante su actividad
constructora va llevando a su familia más próxima a un mejoramiento
significativo (Parte II: 1940-1960).
Después viene un período en que Abelardo luego de una
prolongada soltería conforma su propio hogar, crece su familia y consolida su
patrimonio (Parte III: 1960-1970). Luego se narran sus actividades
empresariales en la minería del carbón y en la construcción durante tres
décadas (Parte IV: 1940-1970), y se presentan los principales eventos ocurridos
en el contexto familiar durante las dos últimas décadas de su existencia (Parte
V: 1950 a 1970), seguidos por otros fallecimientos dentro de la familia Cortés
Guáqueta (Parte VI: 1965 a 2012), para cerrar el ciclo de vida de los miembros
de la familia. Las dos últimas partes tratan sobre sus descendientes (Parte
VII: 1940-2000), y las familias amigas que tuvieron más estrecha relación con mi
tío Abelardo (Parte VIII: 1950-1970).
Considerando que las políticas gubernamentales
generalmente inciden en las prácticas empresariales, y afectan tanto la
situación económica como el ambiente familiar, en algunas partes se incluyen
breves reseñas del contexto político que primó en el país en los
correspondientes períodos. Estas reseñas permiten entender mejor los sucesos y
algunos comentarios que se hacen en la narración de la Memoria y en algunos
testimonios.
A manera de observación personal, un aspecto significativo
que emerge de la narración de la vida de mi tío Abelardo es la relación tan
cercana que él mantuvo con su hermana Benedicta (mi madre). Esto fue debido no
sólo a la proximidad de sus edades, sino también a los eventos en que
participaron y las personas con las que interactuaron, y principalmente a la
afinidad en sus valores y sentimientos. Por esta razón la historia de los dos
hermanos, así como la de sus familias, se entremezclan ya que crecieron juntas.
Este afecto es palpable en las fotos que ilustran la Memoria.
Otros aspectos que se evidencian en esta narración son
la estrecha colaboración y cercanía entre Abelardo, sus sobrinos, otros
familiares y amigos. Por esta razón se incluyen datos, fotos y episodios de diversos
miembros de la familia y amistades. En mi caso particular, adicional a la
consideración anterior, fuí testigo presencial de muchos eventos y situaciones
de su vida, así como también beneficiario de su cariño, consejo y ayuda, lo
cual será siempre para mí motivo de gratitud.
Indudablemente faltan aquí innumerables detalles y
eventos, a pesar de mis mejores esfuerzos por documentar la vida de Abelardo de
la forma más completa posible. En parte esto obedece al temprano fallecimiento
de actores importantes quienes lo acompañaron y le ayudaron en diferentes
formas durante su existencia. Otro factor ha sido la pérdida de contacto con algunos
familiares que viven en diferentes sitios del país y del exterior. Y
finalmente, a inconvenientes insalvables como el extravío de algunos álbumes
fotográficos como fuentes de información. Pese a estas limitantes, asumo la responsabilidad
por cualquier falla, omisión o interpretación.
Para cerrar esta narración incluyo una breve conclusión
desde mi punto de vista. Seguidamente
incorporo los testimonios contribuídos por varios familiares que relatan
anécdotas y recuerdos de su existencia, en los que también se expresan sentimientos
de gratitud y aprecio hacia nuestro personaje. Al final se incluye una síntesis
cronológica, como ayuda en la comprensión de esta Memoria, junto con los
reconocimientos a quienes colaboraron en su preparación. A manera de epílogo, se
reproduce el contenido de la lápida recordatoria que se colocará en el mausoleo
familiar, como ofrenda conmemorativa de los 100 años del natalicio de Abelardo
Cortés Guáqueta, personaje de Suesca.