Monday, June 28, 2021

Orígenes de Cundinamarca

El territorio de lo que hoy en día es el departamento de Cundinamarca estuvo habitado casi desde 12000 a. C. como lo demuestran los registros fósiles hallados en El Abra, Zipaquirá, Nemocón, Soacha y Tequendama, y para comenzar este artículo debemos aceptar que el vocablo Cundinamarca no proviene de la lengua Chibcha, sino que es una palabra Quechua, lengua propia del Perú, que significa "tierra del cóndor" (Gamboa, 2013).

Por otra parte, se conoce que el primer cronista que usó esta palabra fue Lucas Fernández de Piedrahita, obispo y escritor neogranadino, quien posteriormente fue gobernador de Panamá, en un escrito del año 1688 hizo referencia a cronistas anteriores, como fray Pedro Aguado, Juan de Castellanos y fray Pedro Simón, quienes habían presenciado la Conquista Española a mediados del siglo XVI (o sea 150 años antes), y comentó que "según los nativos de la provincia de Quito, había una tierra fabulosa, mucho más al norte, donde había un poderoso rey con tantas riquezas que se bañaba en oro" (Gamboa, 2013), a la cual ellos llamaron la tierra del cóndor. 

Cuando narramos La Leyenda de El Dorado (Palacios, 2016), en post publicado en este blog el 6 de junio de 2016, mencionamos que un indio en Latacunga, en territorio de lo que hoy es Ecuador, le mencionó al conquistador Belalcázar antes de emprender viaje hacia el norte buscando una salida al océano Atlantico, que más al norte había unos territorios, que ellos llamaban Cundinamarca, donde el cacique se embadurnaba oro en polvo para luego arrojarse a la laguna (supuestamente la de Guatavita) con algunos de sus tesoros y así rendirle tributo a sus dioses. Sin embargo, lo hace notar Gamboa (2013), los propios habitantes de esos territorios no le llamaban así, ni tampoco existía una unidad política con ese nombre.

Posteriormente, hacia fines del siglo XVIII, los criollos ilustrados, comenzaron a usar el término Cundinamarca para referirse a los territorios que ocuparon los muiscas, es decir la región que hoy corresponde a los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y sur de Santander. A manera de ejemplo, Manuel del Socorro Rodríguez publicó en el Papel Periódico de Santafé de Bogotá en 1793, un epitafio que escribió en honor del cacique Sogamuxi, diciendo (Gamboa, 2013):

Aquí yace el gran Sogamuxi, compasivo y amante pastor de su rebaño:

el mejor hombre de Cundinamarca; la Corona y honra de su nación;

el amigo de los hijos del sol, y que al fin adoró las luces del sol eterno. 

Precisamente, el hecho de que no hubiese unidad política fue el factor principal para que los conquistadores españoles vencieran a los muiscas, ya que algunos pueblos no estaban a gusto con el dominio por parte del Zipa Tisquesusa, y aceptaron la alianza que les ofrecieron los españoles, a fín de dominar su propio territorio, pero luego se vieron engañados por los astutos españoles, quienes en un número muy inferior (1 a 1000) supieron ganarse la confianza para luego traicionarlos. 

Al respecto Jorge Gamboa Mendoza (2013), dice: "lo que se dio fue una verdadera guerra civil, donde una coalición de jefes indígenas liderada y dirigida por los españoles, se enfrentó contra aquellos que antes habían sido los poderes dominantes como Bogotá, y contra aquellos que se resistieron a entrar en la alianza". Según narra este mismo historiador,  Bogotá se fundó en un lugar poco poblado, pues el antiguo pueblo indígena de Bogotá estaba situado donde queda hoy en día el municipio de Funza, pero el nuevo pueblo de Bogotá terminó siendo más importante que Tunja porque Quesada logró que allí se estableciera la capital del Nuevo Reino de Granada.

Cuando se presentó el Grito de Independencia el 20 de julio de 1810, para los criollos había una patria oficial que era España, y una patria natural que era la provincia o la ciudad donde habían nacido, aunque se estaba formando la idea de una patria americana por las tensiones y rivalidades con los españoles que los convertían en un grupo diferente a éstos. Pero no había una patria neogranadina, pues la Nueva Granada era ante todo una jurisdicción administrativa, que podía ser el virreinato, sin la capitanía de Venezuela. 


Según decíamos en este mismo blog, en post de junio 15 de 2020 sobre el Nacimiento de la República de Colombia, el Congreso Electoral provincial en mayo de 1811 expidió la Constitución de Cundinamarca. En ella se escogió un nombre indígena para manifestar la ruptura con el imperio español. De manera similar procedieron las provincias de Cartagena, Antioquia, Popayán, Chocó, Tunja, Pamplona, Socorro, Neiva y Mariquita, al aprobar constituciones provinciales siguiendo el ejemplo de Cundinamarca. Fue así como casi todas las provincias, declararon la independencia absoluta de España, y así ejercieron la soberanía que habían adoptado.




Actualmente, Cundinamarca es uno de los 32 departamentos que, junto con el Distrito Capital de Bogotá, forman la República de Colombia.  Su capital es Bogotá, que a su vez es la capital del país. Está ubicado en el centro del país, en la región andina, limitando al norte con el departamento de Boyacá, al oriente con el de Casanare, al sur con los de Meta y Huila, al occidente con los de Tolima y Caldas, y con el distrito capital de Bogotá. Según cifras estimadas en 2019, cuenta con unos 3'200.000 habitantes (sin incluir la población de Bogotá).  A continuación se muestra el mapa topográfico de Cundinamarca.



Referencias:

Gamboa Mendoza, Jorge (2013), Las Sociedades Indígenas del actual territorio de Cundinamarca y el Proceso de Conquista Española, 1537-1575, Instituto Colombiano de Antropología e Historia - ICANH.

Medina de Pacheco, Mercedes (2006), Los Muiscas – Verdes labranzas, Tunjos de oro, Subyugación y olvido, Academia Boyacense de Historia, Buhos Editores.

Marín Taborda, Iván y Bennett Vélez, Diana (compiladores) (2017). Cundinamarca - Particularidades histórico-políticas de su formación, Escuela Superior de Administración Pública