Friday, April 9, 2021

Maestro Rafael Penagos: Personaje de Suesca!

Las siguientes notas, así como las fotos que las acompañan, fueron extractadas del video titulado “SIHOS Personajes de Suesca con Rafael Penagos”, que se grabó durante la entrevista realizada por Angela Guáqueta el 18 de marzo de 2016 en su residencia. Algunos datos familiares y precisiones en cuanto a nombres, fechas y lugares fueron gentilmente suministrados por su esposa, María Helena Marín.

 

El Maestro Rafael Penagos nació en Suesca en junio de 1941, en una casa a la entrada del pueblo, cerca a la casa de la señora Brígida Penagos de Alfonso. Fueron sus padres Eleuterio Penagos Sánchez, natural de Suesca, y Sergia Fernández, oriunda de Sesquilé; ellos tuvieron una tiendita en una esquina de la plaza principal, diagonal al teatro del pueblo, donde quedan hoy en día las dependencias de la Policía. Rafael inició sus estudios en la escuela del pueblo; él recuerda que en esa época algunos profesores eran un tanto crueles con los niños, pues para corregirlos les daban fuete a manera de castigo. Claro que eran otras épocas, pues esto sucedió hace ya más de 60 años.

 

A la edad de 17 años, él trabajó en la Tesorería Municipal de Suesca, como Secretario del Tesorero; él hacía las liquidaciones del impuesto predial y atendía a la gente que llegaba a pagar los impuestos. La señora Brígida Penagos y la señora Delia cuentan que desde cuando Rafael trabajaba en la Tesorería él hacía sus dibujos. Desde niño le gustaba dibujar, y recuerda que su padre le compró unos cuadernos de dibujo y tinta china para estimularlo, cuando tendría unos 11 años; alguna vez él  mismo se sorprendió de su capacidad de dibujar a las personas.  Ahora le gusta mucho pintar  árboles y paisajes. 




Cuando pequeño le gustaba viajar en tren; recuerda que había viajes  hacia Bogotá a las 6, a las 9 y a las 11 en la mañana; en la tarde, a las 4 y el último a las 7 de la noche. Para tomar el tren, él se iba caminando desde el pueblo de Suesca hasta la estación de Sesquilé. Recuerda con agrado que en el tren ofrecían papa salada y carne. Otro recuerdo grato de su niñez era cuando el cura del pueblo jugaba fútbol con los alumnos del Colegio, en la misma plaza, pues antes no había parque, y tan solo estaba la pila. En la misma plaza también se hacía el mercado.


Gracias al escultor Hugo Martínez, amigo de su padre y muy conocido en Suesca, logró entrar en calidad de alumno asistente, a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional en Bogotá, en el año 1959; allí estuvo por algo más de un año. Para asistir a dicha Escuela, viajaba todos los días en bus a la ciudad; el viaje tomaba dos horas en cada sentido. Así fue como empezó a dedicarse casi por completo a dibujar y a pintar cuadros. Una vez su familia se trasladó a Bogotá, dejó un tiempo de ir a Suesca.

 

Cuando visitaba a su pueblo, recuerda que él tenía unos sueños extraños de que se entraban los ladrones a robar el templo. Tal vez fue porque él acostumbraba entrar a la iglesia y se daba cuenta que algunos cuadros ya no estaban. Recuerda especialmente un cuadro bastante grande (2x3 metros), que estaba dedicado a las benditas almas; era muy bello, pero de repente desapareció.  También, cuando regresaba de Europa, algo lo motivaba a ir al pueblo, pero cada vez que visitaba el templo lo veía con menos cuadros. Al visitar el pueblo él acostumbraba recorrer las calles para recordar su niñez y juventud, y a la vez a manera de descanso.




 

En Bogotá, empezó a trabajar en la Galería El Callejón de la Librería Central, localizada en el Parque de Santander. En ese puesto, aprendió a enmarcar cuadros, de una persona que realizaba dicho trabajo, y también aprendió a venderlos. Un tiempo después dejó su trabajo en la Librería Central, y puso su propio taller-galería que se llamó el "Grifo Negro", para hacer sus propias exhibiciones, pero sin muchas ventas, pues no era buen vendedor. Entonces empezó a exponer con otros compañeros de la Escuela, ya que alguna vez intentó exponer solo en otra galería, pero no lo aceptaron.



La galería quedaba situada frente al monumento a La Pola, entre la Universidad de Los Andes y el Centro Colombo-Americano. Los cinco pintores con los cuales exponía fueron: Raul Arango, quien ahora es escritor y está radicado en Barcelona; Jaime Peña, escultor ya fallecido; Nelson Fachiny, pintor, quien terminó sus estudios en la Universidad Nacional y ahora es profesor de bellas artes;  Héctor Marín, pintor a quien se lo llevó el mar.  El grupo se llamaba “La Mancha”. Cada uno tenía su estilo: uno era figurativo, otro era abstracto. Con este grupo permaneció hasta 1974 cuando se fue a vivir a Europa.    

 

Antes de esto, él había visitado España gracias a una pareja de españoles que le obsequiaron un pasaje por haberles hecho un dibujo; ese primer viaje fue muy a vuelo de pájaro, pues viajó sin la familia y se estuvo solo mes y medio, ya que le dió nostalgia. Además fue duro para él, pues llegó en época de invierno. Por otra parte, tenía que participar en una exposición en Washington en la Unión Panamericana en 1974; lo había invitado el Director José Gómez Sicre, y viajó con la señora Nelly de Sarmiento, quien también había sido invitada a dicho evento; ella exponía esculturas y él sus dibujos. 


 

Al regresar de Washington, reunió algún dinero, suficiente para vivir un año con su familia, y se fueron a vivir a España en 1975. Esta vez las cosas fueron resultando bien, y así extendieron su estadía por un año más, y así sucesivamente, hasta durar cinco años en España. Pero el objetivo era llegar, tarde o temprano a París; entonces, a comienzos de 1980 se fueron a vivir a Francia. Aunque sus cuatro hijos son nacidos en Colombia, todos se educaron en Europa. Al comienzo de su estadía en Francia recuerda que les gustaba irse a “devorar” los museos; iban una y otra vez, y él iba identificando lo que le gustaba y lo que quería hacer, y así ir definiendo lo que podía esperar de su viaje.



En una ocasión le hizo un homenaje al pintor alemán Alberto Durero, adaptando algunas de sus obras, con características y motivos de Colombia. También dibujó una colección de bodegones que son en su propio estilo. Siempre trabajó en lo figurativo, dibujando y pintando la figura humana, retratos, y paisajes. Entre las técnicas que usó, estaban el lápiz, el pincel, el pastel, la sanguina, el carbón, la tiza blanca, y el óleo. En otra ocasión le hizo un homenaje a William Bogueró, un artista francés, pintando en pastel sobre tabla, similar al de Alberto Durero. En otras ocasiones, él también pintaba sobre cartón, o sobre papel. 

 

Cuando estuvo en Francia, le gustó mucho la obra de Pedro Pablo Rubens, por su extraordinaria forma de pintar las figuras, su belleza y el movimiento que les daba. Además le gustaron mucho las pinturas de Miguel Angel, Rafael Sancio y Leonardo DaVinci cuando estuvo en Italia. Se necesita tener bastante sensibilidad para poder apreciar esos movimientos y demás detalles en dichas obras, que no son apreciables para una persona que no sabe de pintura. 




En 1984 lo invitó el Centro Aeroespacial de Toulouse a exponer sus obras, y logró reunir entre 25 y 30 pinturas. Para él fue muy satisfactorio haber expuesto en tan importante sitio. Posteriormente realizó diversas exposiciones internacionales, en la TATE GALERY de Londres; la galeria Crisphil de Paris, donde expuso en varia s ocasiones; en la Galeria Rosvelt en Paris; en la bienal de arte en Barcelona; en el concurso de dibujo Yglanda Guillot, en Barcelona;  y en el Grand Palais de Paris.





Cuando vivió en España, logró hacer dos exposiciones en la Galería Durban, de Madrid; allí expuso varios dibujos y pinturas. También expuso unas esculturas en bronce; son pequeñas, porque el peso del metal impedía su fácil traslado a cualquier otro país. También hizo algunas esculturas más grandes en bronce, que se fundieron y se vendieron en Europa. Hace muchos años, también hizo una exposición en la Biblioteca Luis Angel Arango, cuando era Director el Dr. Jaime Duarte French. En la Colección permanente de dicha Biblioteca se conservan dos obras suyas.



 

El Maestro Penagos falleció en Bogotá el 25 de enero de 2021, a la edad de 79 años. Le sobreviven su esposa Helena, y sus cuatro hijos: Leonardo, Julieta, Caterine y Miguel Angel. A ellos les expresamos nuestro sentimiento de condolencia.



Con este post y el video cuyo enlace incluímos al final, los habitantes del municipio de Suesca queremos rendirle tributo de admiración y gratitud al Maestro Penagos, por su excepcional talento, y por sus realizaciones en el mundo artístico internacional, donde descolló y llevó muy en alto los valores patrios. Descanse en Paz.



Dar clic en el siguiente enlace para ver el video de las Obras representativas del Maestro Rafael Penagos

Saturday, April 3, 2021

La Provincia de Almeidas

Antes de la llegada de los conquistadores españoles, el territorio de la actual Provincia de Almeidas, en el departamento de Cundinamarca, hizo parte del Zipazgo, es decir el territorio muisca que gobernaba el Zipa de Bacatá. Como se publicó en un post reciente en este blog,  uno de los acontecimientos de mayor relevancia histórica en aquella época pre-hispánica fue la Batalla de Chocontá, en la que se enfrentaron las tropas del Zipa Saguamanchica contra las del Zaque Michuá (1). 

 

El nombre de la Provincia de Almeidas se asignó a este territorio en memoria de los hermanos Ambrosio y Vicente Almeida, quienes son considerados próceres de la independencia de Colombia por el importante papel que desempeñaron en el período que siguió a la rebelión de los Comuneros y desembocó en la campaña libertadora. Los hermanos Ambrosio y Vicente Almeida eran oriundos de San José de Cúcuta y miembros de una acaudalada familia que hacía causa común con los patriotas granadinos. Doña Josefa Acebedo de Gómez describe a Ambrosio Almeida de la siguiente manera: “Buen mozo, pálido, flaco, de cara fresca y risueña, alto de cuerpo, delgado y con nariz aguileña” (2).


Hoy en día la Provincia de Almeidas es una de las quince provincias del departamento de Cundinamarca. Se encuentra localizada al nororiente del departamento, y limita por el norte con el departamento de Boyacá y la Provincia de Ubaté; hacia el sur limita con la Provincia del Guavio.  Su extensión territorial es de 1.238 kilómetros cuadrados, y representa el 5,5% del área total del departamento. Está integrada por siete municipios: Chocontá, que es la cabecera o capital de la Provincia; Machetá; Manta; Sesquilé; Suesca; Tibirita; y Villapinzón. Según el censo de 2005, la Provincia de Almeidas tenía una población estimada en 72.891 habitantes (3).

 


A finales de la Colonia, después de la Rebelión de los Comuneros en 1781 y posteriormente al Grito de la Independencia en 1810, no obstante la represión, los cadalsos y la crueldad de los españoles para mantener sus dominios en el territorio americano, los republicanos de Venezuela y de la Nueva Granada  se  levantaron en guerrilla para hacer frente a la llamada Reconquista Española dirigida por el militar español Pablo Morillo, conocido como “El Pacificador” (5). Desde cuando llegó Morillo con sus tropas al territorio de la Nueva Granada el 24 de mayo de 1816, instauró el llamado Régimen del Terror, ya que durante esta etapa, fueron hechos prisioneros y luego asesinados, un gran número de políticos, militares y civiles, que simpatizaban con los patriotas. 



En la zona de el Socorro, se destacó la “guerrilla de Niebla”; en la zona de Honda y Guaduas se distinguió  el “mosco Rodríguez”; en la zona de Popayán la “guerrilla de Mora”; los irregulares de Casanare  fueron invencibles en los llanos; y en la zona de Machetá  la “guerrilla de los Almeidas” ocupó las poblaciones que colindan con los llanos orientales. A nivel individual sobresalieron los siguientes próceres de la independencia: 
  • En Suesca: J. Rafael Olaya.
  • En Machetá: los hermanos Ambrosio y Vicente Almeida.
  • En Guachetá: los hermanos Miguel y Manuel Rodríguez, y Juana Rodríguez.
  • En La Mesa: José Antonio Olaya, con el Coronel José Ignacio Rodríguez "El Mosca" (4).

 

Sin embargo, fueron las mujeres las más exaltadas animadoras, contagiando el alma de los hombres; por ejemplo, en el costurero de la ilustre dama doña Andrea Ricaurte de Lozano se forjaban los planes revolucionarios, así nacía la gesta patriótica de 1817, pues en esta casa se reunían los que fueron los líderes de Cundinamarca y el Socorro. Fue allí donde Policarpa Salavarrieta libró su campaña, pues daba consejos, buscaba hombres para vestirlos de soldados y enviarlos a Casanare, donde los esperaba Francisco de Paula Santander.


-   Dentro de las distintas acciones promovidas por Morillo, los hermanos Vicente y Ambrosio Almeida fueron llevados a prisión en Santafé de Bogotá, de donde lograron escapar gracias a la ayuda de Policarpa Salavarrieta más conocida como La Pola.  Entonces los Almeida se refugiaron en una finca de Machetá conseguida por la Pola y allí con el apoyo de Juan José Neira organizaron una fuerza de caballería con campesinos de la región y con desertores de las tropas realistas que motivados por las victorias patriotas en los llanos buscaban unirse a las guerrillas insurgentes, que posteriormente apoyaron la campaña libertadora (6).


El 13 de noviembre de 1816  los Almeida ocuparon  a Tibirità y ejecutaron a cuatro realistas; el día 18 entraron a Chocontá con 300 hombres a caballo y lanza y 20 fusileros. La campaña guerrillera encendió los  ánimos de los vecinos en forma tal que  el 19 de noviembre de 1817 se levantó el pueblo de Ubaté al grito de ¡Viva nuestro generalísimo Bolívar! ¡Mueran los chapetones! El 21 de noviembre las tropas de los Almeida estaba en Chocontá de donde salieron varios grupos armados hacia Suesca, Nemocòn, Ventaquemada y Ubaté donde aún quedaban brasas del rescoldo comunero.

 

El pánico se apoderó de la población, tanto en Zipaquirá como en Santa Fe de Bogotá, ante lo cual el general español Juan Sámano  dió órdenes a Carlos Tolrá, Simón Muñoz y Simón Sicilia, quienes se distinguían por ser los más crueles y despiadados, para que fueran al encuentro de los Almeida, sin dar cuartel ni perdonar al enemigo. Los guerrilleros rechazaron a Simón Sicilia en el puente del Sisga y horas más tarde chocaron con la avanzada de Carlos Tolrá. En esta oportunidad la valentía no les sirvió a los patriotas, pues eran superados en número y en armas por los españoles. En el campo quedaron varios muertos, y diez  guerrilleros cayeron en poder de los españoles que los ejecutaron de inmediato.

 


Ante la inminencia de una derrota total, los Almeida con 26 sobrevivientes tomaron el camino de los llanos tratando de escapar de los españoles; fue entonces cuando Neira con algunos guerrilleros trataron de contener al enemigo para proteger la retirada. Uno por uno fue cayendo y al final únicamente  Neira quedó con vida, que le perdonaron para  enviarlo a Santa Fe y ejecutarlo como escarmiento a los rebeldes patriotas. Neira se dejó conducir  sin oposición como si estuviera resignado con el destino que le esperaba, iba con grillos  en una bestia  en medio de la escuadra realista. Al pasar por el voladero de Machetá los caballos desfilaron uno a uno por la estrecha senda; entonces Neira se arrojó al precipicio pues prefería morir despeñado que servir de solaz a los enemigos que gozarían con su sacrificio. Nadie se preocupó por recuperar el cadáver, tan seguros estaban de su muerte, pero por un designio de la Providencia los grilletes se enredaron en un arbusto y Neira quedó suspendido en el abismo.

 

Entrada la noche, Neira pudo descender hasta el lecho del río Barbosa y al amanecer lo socorrieron unos labriegos  que curaron sus heridas. Después se  dirigió a Pacho y allí casi lo recapturan; al final se unió a las fuerzas patriotas y  con pundonor y heroísmo desempeñó  un papel estelar en la historia republicana. Como Carlos Tolrá no pudo capturar a los Almeida ni a Pedro Torneros, mandó fabricar unos muñecos que ahorcó  en nombre de los fugitivos. Los Almeida se sumaron a las fuerzas de Santander y una vez lograda la Independencia de Colombia, Ambrosio se dedicó a atender los negocios de la familia; de Vicente no  se tienen mayores datos.

 

Retrospectivamente, se podría considerar que la incursión  de los Almeida fue un gesto osado, ya que en ese momento, con los recursos que contaban, era imposible derrotar a los españoles, pues tenían un ejército más numeroso, debidamente entrenado, que contaba con suficientes armas, y caballería; y sus resultados desatrosos, pues como reacción a esa arriesgada campaña, hizo que Tolrà se desquitara con la población indefensa, pues asesinó a más de cien campesinos en las poblaciones de  Chocontá, Machetá, Tibirita y Tenza; además, Tolrá se apoderó de todas las bestias de la región, recogió las armas blancas y de fuego, destruyó las cosechas y confiscó  todos los elementos de hierro que tuviesen quienes apoyaron a los Almeida. 

 


Referencias

 

(1)  Gobernantes Muiscas – Los ZipasRafael Palacios Cortés, post publicado en el blog Suesca Linda,  el 11 de marzo de 2021.

(2)  Saucío, vereda legendaria - Primera ParteRafael Palacios Cortés, post publicado en el blog Suesca Linda, el 20 de febrero de 2021.

(3)  La Guerrilla de los Almeida, Alfredo Cardona Tobòn. Publicado en el periódico La Patria en noviembre 3 de 2014

(4)  Historia – Gobernación de Cundinamarca.

(5)  Reconquista de la Nueva Granada, Wikipedia

(6)  Juan José Neira, Wikipedia