Tuesday, March 14, 2017

480 Cumpleaños de Suesca

Hoy estamos celebrando el 480 cumpleaños de Suesca. Acerca de este evento no podríamos utilizar propiamente la palabra “fundación”, puesto que cuando llegaron los conquistadores españoles a Suesca, el 14 de marzo de 1537, ya existía un poblado indígena en ese lugar.



En el caso de Bogotá, allí en efecto hubo una ceremonia de fundación,  pues como dicen los historiadores, el 6 de agosto de 1538 (año y medio después de la llegada a Suesca) se construyó en el lugar una capilla donde se celebró la misa, y doce chozas en alegoría a los doce apóstoles, y al nuevo poblado se le dió el nombre de “Nuestra Señora de la Esperanza”, el cual se cambió en el proceso jurídico a Santafé de Bogotá[1]. En el caso de Suesca conservó su nombre indígena “Sue Jica” que en lenguaje chibcha  significa “roca de las aves”.

El dominico Fray Domingo de las Casas fue el sacerdote que acompañó al conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada en su expedición en busca de Eldorado[2], la cual se inició en Santa Marta en 1536, y fue él quien celebró la primera misa en el poblado indígena de Suesca cuando llegaron el 14 de marzo de 1537. Acerca de este hecho se dice que “fue preciso improvisar un altar en uno de los bohíos y utilizar como ornamentos algunas mantas tejidas por los muiscas”[3].

Una semana después el conquistador Gonzalo de Jiménez de Quesada continuó su viaje hacia el interior del territorio que luego se convertiría en el Virreinato de la Nueva Granada luego de que fundara a Santafe de Bogotá y se resolviera en España la disputa  entre Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y Nicolás de Federmán por el dominio de dicho territorio.  Hacia 1560, después de ser nombrado como “Adelantado del Nuevo Reino de Granada” por el Rey de España, Jiménez de Quesada decidió trasladarse a Suesca donde vivió por varios años, y donde escribió Ratos de Suesca, un compendio en el que narraba sus descubrimientos y conquistas pero que luego desapareció.

O sea que lo que se conmemora hoy es en realidad la llegada de los conquistadores a esta población indígena que ya existía: Suesca!





[1] Fundación de Bogotá - Historia Eclesiástica, Capítulo V, Biblioteca Virtual, Biblioteca Luis Angel Arango.
[2] La Leyenda de El Dorado, Rafael Palacios Cortés, blog Suesca Linda, Junio 6 de 2016
[3] Suesca, Wikipedia la enciclopedia libre.

Friday, February 10, 2017

Recordando a Abelardo Cortés Guáqueta en el Centenario de su Natalicio

NOTA DEL AUTOR


Dedico este trabajo a los mineros del carbón en Suesca, 
quienes con fé y con tesón abrieron caminos en el subsuelo, 
para el progreso de sus familias, de su pueblo, y de la nación. 

A pesar de haber transcurrido más de 45 años desde su fallecimiento, son muchos los recuerdos que los miembros de la familia Cortés-Guáqueta, amigos y relacionados aún conservamos de don Abelardo Cortés Guáqueta. Esos recuerdos son los que nos han permitido colectivamente construir esta memoria, en la cual las fotos son testigos fieles que nos permiten ilustrar situaciones, para quienes no lo conocieron, así como recordarlas para quienes tuvimos la oportunidad de compartir con él.

Mi propósito como autor de esta memoria ha sido rescatar los principales sucesos en la vida de este personaje, a manera de reconocimiento a sus esfuerzos, méritos y realizaciones, y presentarlo como un testimonio de gratitud que sirva a la vez como referente a las nuevas generaciones de la familia Cortés-Guáqueta y del Municipio de Suesca. Cabe dejar en claro que hago esta presentación bajo mi óptica y perspectiva, y por lo tanto la narración sigue un tono personal y se hace en primera persona.

Para seguir un orden más o menos cronológico, la Memoria se ha subdividido en ocho partes, las cuales se superponen en el tiempo como se muestra abajo. Comenzaré por narrar los orígenes de la familia Cortés-Guáqueta, sintetizando su desenvolvimiento en un lapso de aproximadamente cuatro décadas, en un poblado de desarrollo incipiente (Parte I: 1900-1940). Continuaré luego con el período en que él se convierte en la cabeza del hogar materno, y mediante su actividad constructora va llevando a su familia más próxima a un mejoramiento significativo (Parte II: 1940-1960).

Después viene un período en que Abelardo luego de una prolongada soltería conforma su propio hogar, crece su familia y consolida su patrimonio (Parte III: 1960-1970). Luego se narran sus actividades empresariales en la minería del carbón y en la construcción durante tres décadas (Parte IV: 1940-1970), y se presentan los principales eventos ocurridos en el contexto familiar durante las dos últimas décadas de su existencia (Parte V: 1950 a 1970), seguidos por otros fallecimientos dentro de la familia Cortés Guáqueta (Parte VI: 1965 a 2012), para cerrar el ciclo de vida de los miembros de la familia. Las dos últimas partes tratan sobre sus descendientes (Parte VII: 1940-2000), y las familias amigas que tuvieron más estrecha relación con mi tío Abelardo (Parte VIII: 1950-1970).

Considerando que las políticas gubernamentales generalmente inciden en las prácticas empresariales, y afectan tanto la situación económica como el ambiente familiar, en algunas partes se incluyen breves reseñas del contexto político que primó en el país en los correspondientes períodos. Estas reseñas permiten entender mejor los sucesos y algunos comentarios que se hacen en la narración de la Memoria y en algunos testimonios.

A manera de observación personal, un aspecto significativo que emerge de la narración de la vida de mi tío Abelardo es la relación tan cercana que él mantuvo con su hermana Benedicta (mi madre). Esto fue debido no sólo a la proximidad de sus edades, sino también a los eventos en que participaron y las personas con las que interactuaron, y principalmente a la afinidad en sus valores y sentimientos. Por esta razón la historia de los dos hermanos, así como la de sus familias, se entremezclan ya que crecieron juntas. Este afecto es palpable en las fotos que ilustran la Memoria.

Otros aspectos que se evidencian en esta narración son la estrecha colaboración y cercanía entre Abelardo, sus sobrinos, otros familiares y amigos. Por esta razón se incluyen datos, fotos y episodios de diversos miembros de la familia y amistades. En mi caso particular, adicional a la consideración anterior, fuí testigo presencial de muchos eventos y situaciones de su vida, así como también beneficiario de su cariño, consejo y ayuda, lo cual será siempre para mí motivo de gratitud.

Indudablemente faltan aquí innumerables detalles y eventos, a pesar de mis mejores esfuerzos por documentar la vida de Abelardo de la forma más completa posible. En parte esto obedece al temprano fallecimiento de actores importantes quienes lo acompañaron y le ayudaron en diferentes formas durante su existencia. Otro factor ha sido la pérdida de contacto con algunos familiares que viven en diferentes sitios del país y del exterior. Y finalmente, a inconvenientes insalvables como el extravío de algunos álbumes fotográficos como fuentes de información. Pese a estas limitantes, asumo la responsabilidad por cualquier falla, omisión o interpretación.

Para cerrar esta narración incluyo una breve conclusión desde mi punto de vista.  Seguidamente incorporo los testimonios contribuídos por varios familiares que relatan anécdotas y recuerdos de su existencia, en los que también se expresan sentimientos de gratitud y aprecio hacia nuestro personaje. Al final se incluye una síntesis cronológica, como ayuda en la comprensión de esta Memoria, junto con los reconocimientos a quienes colaboraron en su preparación. A manera de epílogo, se reproduce el contenido de la lápida recordatoria que se colocará en el mausoleo familiar, como ofrenda conmemorativa de los 100 años del natalicio de Abelardo Cortés Guáqueta, personaje de Suesca.


1940 - 1960

PARTE III: FAMILIA

1950 - 1970

PARTE IV: EMPRESAS

1940 - 1970

PARTE V: EVENTOS

1950 - 1970

PARTE VI: FALLECIMIENTOS

1965 - 2011

PARTE VII: DESCENDENCIA

1940 - 2017

PARTE VIII: AMISTADES

1950 - 1970


CONCLUSIÓN


TESTIMONIOS


RECONOCIMIENTOS


CRONOLOGÍA


REFERENCIAS


EPITAFIO


Sunday, February 5, 2017

Carta al Señor Alcalde - Conmemoración Centenario

Enero 31 de 2017


Señor Alcalde Municipal
Orlando Quilaguy Mestizo
Palacio Municipal
Suesca, Cundinamarca


Estimado Sr. Alcalde,

El próximo 14 de Febrero de 2017 se cumplen 100 años del natalicio de Abelardo Cortés Guáqueta. Son muchos los recuerdos, y los motivos de admiración y agradecimiento que los miembros de su familia, sus amigos y relacionados aún conservamos de él, a pesar de haber transcurrido 45 años desde su fallecimiento.

Con este motivo he elaborado una Memoria, de la cual suministraré copia una vez revisada y publicada, en la cual se rescatan los principales sucesos de la vida de este personaje de Suesca, a manera de reconocimiento a sus esfuerzos, méritos y realizaciones, y presentarla como un testimonio de gratitud que sirva a la vez como referente a las nuevas generaciones de la familia y del Municipio de Suesca.

Por conducto de mi hermano, Dr. Luis Felipe Palacios, y mis primos, quisiéramos hacer una presentación de dicha Memoria a usted y a la ciudadanía de Suesca, en el lugar que usted considere más apropiado y en la fecha que le resulte más conveniente. En dicha presentación destacaremos su origen humilde, el desenvolvimiento inicial de su familia, su desempeño laboral temprano, seguido de sus actividades empresariales en la minería del carbón, la conformación de su familia, y la consolidación de su patrimonio, etapas en las cuales se destacan su arduo trabajo y espíritu emprendedor, sus luchas y preocupaciones, así como también sus sueños y aspiraciones, las dificultades que tuvo que vencer en pos de un ideal, el cual se truncó por su prematuro fallecimiento.

En mi caso particular, fui testigo presencial en muchos eventos y situaciones de su vida, y a la vez receptor de su cariño, consejo y ayuda, lo cual será siempre para mí un motivo de gratitud. En la Memoria se hace referencia también a algunas personas y familias con las cuales interactuó muy de cerca, artículos y publicaciones relacionadas con su familia y la actividad minera, y se incluyen varios testimonios espontáneos que narran anécdotas y recuerdos de su existencia, en los que se expresan sentimientos de gratitud y aprecio hacia nuestro personaje: Abelardo Cortés Guáqueta.

Al terminar de escribir esta Memoria, el primer sentimiento que surgió en mi, es la admiración por todos sus logros en tan corta vida, principalmente considerando que no heredó fortuna, ni tuvo grandes estudios. Sólo su férrea voluntad, su extraordinaria visión, su talento natural para los negocios, y sus capacidades de lucha, le permitieron no solo salir de la pobreza, ayudar a su familia, crear empresas e inversiones, sino también construir un futuro para sus hijos y descendientes.

Al análizar hoy en día lo que fue su vida, sobresalen unos valores que es preciso resaltar para beneficio de las nuevas generaciones, tanto dentro de nuestra familia como del municipio que nos vió nacer, y la patria a la que pertenecemos. Los tres valores que más aprecié en él fueron: el primero el de la solidaridad con el desvalido, con sus familiares, y con sus paisanos; el segundo el del liderazgo, no solo como empleado, sino también como empresario y como ciudadano; y el tercero, la contribución que hizo a su familia, a su pueblo, y a la sociedad.

Para darle continuidad y trascendencia a lo que fue su vida, como autor de esta Memoria propongo al municipio y a la comunidad, las tres siguientes acciones:

a)     Hacer una ceremonia de reconocimiento oficial del municipio, mediante decreto de la Alcaldía, acompañada de una placa conmemorativa, una conferencia, y un folleto sintético para que se recuerde su aporte al municipio de Suesca;

b)    Conformar una fundación sin ánimo de lucro que proteja, divulgue y ayude las que fueron sus causas: los desvalidos; la minería artesanal del carbón; el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente;

c)     Crear un museo dedicado a la minería del carbón en Susca, que se convierta en atractivo turístico del municipio, y a la vez preserve entre las nuevas generaciones el papel de líder y visionario que él desempeñó.

Para las anteriores acciones ofrecemos nuestra colaboración, y dedicaremos los esfuerzos necesarios para hacerlas realidad. Estaremos atentos a sus disposiciones, a las cuales les daremos el apoyo y el respaldo necesarios.

Con nuestros mejores deseos por el éxito de su gestión en este año que comienza, reciba un cordial saludo,


Rafael Palacios Cortés



Adjunto: Nota biográfica del autor

Wednesday, January 11, 2017

Soñando con un Museo del Carbón en Suesca


A raiz de la elaboración de la Memoria de Abelardo Cortés Guáqueta, que he estado escribiendo para celebrar el Centenario de su Natalicio el próximo 14 de febrero, vino a mi mente la idea de crear un Museo de la Minería del Carbón en Suesca, utilizando minas existentes pero cerradas, como un atractivo turístico para el municipio que lo vió nacer.  Sería a la vez un medio para honrar su memoria, dándole trascendencia a los esfuerzos y valores que él  representó, y generar empleo y beneficios derivados del turismo para la comunidad suescana.

Esta idea se nutrió de una experiencia personal  cuando viajé a Gran Bretaña en 1985, a adelantar una maestría en Administración de Negocios Internacionales, y tuve oportunidad de visitar “Big Pit”, una mina histórica del país de Gales, la cual hoy en día se ha convirtido en museo.

El caso que voy a narrar a continuación se desenvuelve en un país desarrollado, como es el país de Gales, y obviamente el proyecto para Suesca sería de otras dimensiones. Por lo tanto, el caso de la Gran Mina (“Big Pit”)[1] que aquí se presenta sirve tan solo como referencia, ya que habrá que adaptarlo a las condiciones locales y a los recursos de nuestro país. 


El museo nacional del carbón de la Gran Mina (“Big Pit”) es un museo industrial del patrimonio del País de Gales, Reino Unido. Este museo fue una mina de carbón real que operó durante 100 años, de 1880 a 1980. El Museo fue abierto al público en 1983 bajo los auspicios del Museo Nacional del País de Gales. El sitio está dedicado a la preservación operativa del patrimonio galés de la minería del carbón, que tuvo lugar durante la revolución industrial. Big Pit es parte del paisaje industrial de Blaenavon, Patrimonio de la Humanidad, y un punto de anclaje de la ruta europea del patrimonio industrial.

Historia de la mina

Big Pit fue originalmente una mina de hierro, en la ladera de la montaña no muy lejos de la superficie debido a los depósitos de mineral de hierro poco profundos que había allí. Los trabajos de exploración y explotación del hierro se iniciaron alrededor de 1810 en forma manual, ya que la dinamita se inventó cinco décadas después.

Posteriormente se estableció la Gran Mina (“Big Pit”) que hizo parte de una red de minas de carbón, establecida en Blaenavon en la primera mitad del siglo XIX, por la compañía “Blanaevon Iron and Coal”, como parte del desarrollo de la industria del hierro. Esta mina fue la más importante de todas las minas de carbón ubicadas en Blaenavon.

En 1878, el túnel principal fue profundizado hasta  llegar a la veta más antigua, a 90 metros de la superficie. Hacia 1908, la Gran Mina proporcionó empleo a 1.122 personas, y en 1923 alcanzó el máximo, con 1.399 hombres empleados, y un total de 250.000 toneladas de carbón producidas ese año.



Durante el auge de la producción, el carbón de la Gran Mina se exportó a Suramérica, y también a otros países del mundo. Hasta 1908, cuando se instaló un transportador mecánico como parte del equipo de la mina, todo el trabajo era hecho por la energía del hombre, incluyendo la picada del carbón. Esta mina fue una de las primeras en instalar electricidad, y ya en 1910 todos los ventiladores, los sistemas de acarreo y las bombas fueron alimentados por energía eléctrica.

En 1939, se instalaron baños modernos en la mina, lo cual significaba que los mineros ya no necesitaban caminar a casa sucios y mojados, arriesgándose a la enfermedad. Los baños también eran utilizados por las familias de los mineros; así, las mujeres ya no necesitaban transportar jarras de agua caliente para llenar tinas de estaño, y los niños ya no eran escaldados accidentalmente durante este proceso.

Durante la Segunda Guerra Mundial, comenzó la extracción superficial de carbón en Blaenavon, en noviembre de 1941 utilizando equipo y hombres calificados del ejército canadiense. Luego, con base en un proceso de nacionalización que se realizó en 1947, la Junta Nacional del Carbón tomó posesión de la mina de Blaenavon Co. Ltd, la cual empleaba a 789 hombres en ese entonces.

En 1970 la fuerza laboral sólo contaba 494 hombres, ya que las operaciones se habían centrado únicamente en las vetas de Garw, con un espesor máximo de sólo 70 centímetros.  La Gran Mina se cerró definitivamente el 2 de febrero de 1980, con una pérdida de más de 250 empleos,

Estación de ferrocarril para uso del museo

La estación de tren anexa al museo de la Gran Mina, hace parte de la línea de ferrocarril entre Pontypool y Blaenavon, la cual abrió oficialmente el 6 de abril de 2012, pero la línea a “Big Pit” se abrió el viernes 16 de septiembre de 2011. La línea y la estación se abrieron específicamente para atender a los turistas que visitan el museo.


El Museo Nacional del Carbón

Durante algunos años antes del cierre, la mina había sido identificada como una posible atracción patrimonial y se creó un grupo de trabajo formado por la Junta Nacional del Carbón, el gobierno local, el Museo Nacional, la Agencia de Desarrollo de Gales y la Oficina Galesa. Poco después del cierre de la mina, Torfaen Borough Council compró el sitio y fue entregado a un fideicomiso caritativo llamado “Big Pit (Blaenavon) Trust” para gestionar la conversión a un museo de patrimonio histórico. El desarrollo inicial costó 1 millón y medio de libras esterlinas con fondos de la Junta de Turismo de Gales, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Consejo de la ciudad y el Consejo del Condado de Gwent. La mina volvió a abrirse para los visitantes en 1983 y creó 71 empleos.

Varias edificaciones fueron reconstruídas en el sitio original: el cuarto de la pólvora; la oficina de la empresa; el taller de electricidad; la puerta de entrada al túnel; la tornamesa y el cargadero; el cablestante; el cuarto de almacenamiento del combustible; el cable para jalar el carro o las canecas; las duchas de los mineros; el cuarto de la pólvora donde se almacenaban los explosivos necesarios para el trabajo minero; la herrería; el aserradero de postes y cabeceras; y los demás implementos que se usaban durante el tiempo en que la Gran Mina estaba en producción.

La Gran Mina como atracción turística

Inicialmente, el número de visitantes fue inferior al esperado, lo que amenazó la viabilidad a largo plazo del museo. En 1983 menos de 100.000 visitantes vinieron al sitio y los números alcanzaron un pico de 120.000 en 1992. Posteriormente, el número de visitantes disminuyó significativamente a menos de 90.000 en 1998. El plan del proyecto sugirió que se necesitarían 100.000 visitantes por año en los primeros 5 años.

Como esta cifra de visitantes no se estaba logrando, y la tarifa de entrada para adultos de £ 5,75 no cubría los costos. en enero de 2000 se consiguió una importante donación del Fondo de la Lotería del Patrimonio, por más de 5 millones de libras esterlinas, que permitió adelantar una mejora significativa en las instalaciones para visitantes. El 1 de febrero de 2001 la Gran Mina se incorporó al Museo Nacional de Gales, y se hizo de entrada gratuita.

En el año 2000, la zona industrial de Blaenavon, incluído el Museo Nacional del Carbón de la Gran Mina, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El museo cuenta con una gama de atracciones sobre la superficie, incluyendo una casa sinuosa, un aserradero, la subida a la torre de la vertical principal, y servicio de baños. Los visitantes también son llevados por debajo de la tierra hasta el fondo del túnel, donde se les explica el funcionamiento de la mina.

Seguridad

La mina está cubierta por las regulaciones de seguridad industrial de la Superintendencia de Minas, porque todavía se clasifica como una mina en funcionamiento. Los visitantes deben llevar un casco de plástico duro, una lámpara de seguridad, y una batería en un cinturón que pesa 5 kilogramos. Pues deben llevar en su cinturón un aparato de respiración para casos de emergencia, el cual filtra el aire en caso de presentarse contaminación de gas, el cual puede operar durante una hora aproximadamente, dando tiempo para sobrevivir y escapar de la mina.

Los peligros de la mina son reales; hay carteles de prevención acerca de la intoxicación por monóxido de carbono, que sirven como como recordatorio de los peligros reales por debajo del suelo. Hay sistemas automáticos de detección de gas, colocados discretamente en  los túneles, al igual que sistemas telefónicos de emergencia.

Como se puede ver, hay grandes diferencias especialmente en la envergadura y alcance del proyecto, pero también hay muchas similitudes, como es el contar con minas que estuvieron mucho tiempo en operación, creando empleo y desarrollo en el municipio y en la región, y que se encuentran hoy cerradas, pero que se pueden recuperar, al menos parcialmente, para fines didácticos y turísticos.

Invito pues a su lectura, análisis y discusión, a fin de darle forma a la idea, y con su activa participación probablemente podamos convertirlo en un proyecto viable a nivel municipal y regional.

Cualquier observación, sugerencia, u ofrecimiento de colaboración voluntaria son bienvenidos, y pueden enviarlos a mi correo electronico: rafaelpalacioscortes@gmail.com




[1] La Gran Mina, artículo extraído, adaptado y traducido por Rafael Palacios Cortés, del sitio web: Big Pit National Coal Museum en Wikipedia.